El 26 de octubre del año 2016 fuimos testigos indefensos de la pérdida de la infraestructura de nuestra Escuela La Inmaculada en Zaruma, producto de un socavón por la minería ilegal; es verdad, sufrimos sí, pero no desmayamos ni un instante, más bien, vencimos temores, fortalecimos lazos de fraternidad, manteniendo esa firmeza que nos heredaron nuestras fundadoras, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y la confianza de ver un nuevo futuro brindado por Fe y Alegría. Sentimos incertidumbre y nostalgia, pero con el corazón latente de esperanza.