Fe y Alegría es en Ecuador la red educativa más importante después del sistema de Educación Oficial. Presente en 75 centros educativos en 14 provincias, en zonas rurales y urbano – marginales del país, atiende a más de 27.000 estudiantes en su sistema de escuelas y colegios.
Fe y Alegría Ecuador es la primogénita, después de la experiencia fundacional en Venezuela. Se constituyó formalmente el 29 de junio de 1964, con una junta Directiva formada toda ella por laicos amigos de la Compañía de Jesús. El Movimiento había tenido su inicio nuevo años antes en Caracas, con la primera escuela abierta el 5 de marzo de 1955.
Cuatro meses antes de la fundación en Quito, el P. José María Vélaz, visionario fundador de Fe y alegría, dedicó doce días a recorrer barrios de Quito y Guayaquil y a sembrar entusiasmos entre posibles cooperantes. Confiesa Vélaz que se sintió “favorablemente impresionado por el gran afán de cultura en el pueblo y por los ofrecimientos concretos y valiosos que desde el primer momento se le hicieron”. Veláz confiesa haber iniciado su aventura más allá de Venezuela por “Ecuador, país escogido por pobre y por difícil, para poder confrontar nuestros métodos de acción y experimentar si éramos capaces para una ampliación latinoamericana”.
Informe del P. José María Vélaz
El informe que rinde Vélaz el 11 de julio de ese mismo año sobre su experiencia ecuatoriana, señala algunos puntos interesantes: Podemos trabajar en cualquier medio hispanoamericano con éxito desde la primera campaña, pues los métodos aplicados en Venezuela tienen rendimiento eficaz por su propia calidad y por la forma organizada con que hemos aprendido a manejarlos. Las múltiples relaciones que nos proporciona la Compañía de Jesús, nos permiten establecer en muy pocos días una sólida cabeza de puente, que incluye presentación a dirigentes políticos, empresariales, publicitarios, autoridades eclesiásticas, Superiores y Superioras de otras Congregaciones. También es posible contar en la Sierra con la Minga que es el trabajo comunitario, secular entre los indígenas. Los Empresarios, especialmente los quiteños, nos han prestado una muy buena acogida y desde el principio han suscrito puestos escolares, la prensa nos ha hecho concesiones especiales, la radio nos pasa un numeroso cuñero, y la TV nos ha dado muchos espacios. La difusión Continental de Fe y Alegría proseguirá por Centro América, México y Santo Domingo y no puede dudarse de que nos dará un prestigio y posibilidades mucho mayores que las actuales. Un proyecto para cien mil alumnos, en cinco años, en plan continental, no tiene nada de quimérico”.
El P. José María Vélaz al Superior Provincial del Ecuador
Dos características fundacionales han condicionado históricamente a Fe y Alegría Ecuador: pocos jesuitas disponibles para trabajar en Fe y Alegría y el reducido aporte del Estado. En Ecuador es proverbial la súplica del P. Vélaz al superior Provincial ecuatoriano, Alfonso Villalba: “Padre, no le pido ni un padre ni un sucre, pero permítanos comenzar”. De hecho, aunque estatutariamente el Provincial elegía al Director y Subdirector de la nueva obra y poco a poco empezaron a colaborar algunos jesuitas, la Provincia jesuítica no se involucró seriamente en ella hasta muchos años después. A pesar de ello, Fe y Alegría creció vigorosamente: dos años después de su fundación duplicaba casi en número a lo tradicional obra jesuítica de 8 colegios y 2.700 estudiantes. Hoy, la imagen de Fe y Alegría está muy bien posicionada en la opinión pública.